El expresidente de Bolivia, Evo Morales, refugiado en Argentina, afirmó este miércoles que no le asusta la orden de detención en su contra presentada por la Fiscalía de su país, la cual calificó como “injusta, ilegal e inconstitucional” en un mensaje en redes sociales.
La orden se produjo tras una denuncia presentada el 22 de noviembre pasado por el gobierno de transición de Jeanine Áñez, que acusa al exmandatario de “sedición y terrorismo”.
Morales, quien estuvo casi 14 años en la Presidencia, dimitió el 10 de noviembre tras dos semanas de intensas y violentas protestas callejeras derivadas de los resultados cuestionados en las elecciones generales del 20 de octubre, en las que buscó su cuarto mandato.
Su salida del poder se vio forzada por la retirada del apoyo de las fuerzas armadas y la Policía.
Inicialmente se exilió en México y tras un fugaz viaje a Cuba, llegó a Buenos Aires, Argentina, la semana pasada, donde el nuevo gobierno de Alberto Fernández le concedió estatus de refugiado.
Argentina no reconoce al gobierno transitorio de Áñez, quien convocó elecciones en Bolivia.
Desde su llegada a Argentina, el expresidente tiene una activa agenda con reuniones políticas con dirigentes de su partido Movimiento al Socialismo, fue recibido por Alberto Fernández, recorrió medios afines y tuvo una fuerte presencia en la red social Twitter.
Horas antes, Morales también se expresó en Twitter sobre el respaldo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al gobierno interino de Áñez y lo consideró “una prueba más de que Estados Unidos organizó el golpe de Estado en Bolivia”.