La Autoridad Penitenciaria española que custodio a Emilio Lozoya, dijo no tener constancia alguna que demostrara su mal estado de salud, como lo había informado en su comunicado oficial la Fiscalía General de la República.
Dichas autoridades explicaron que a todos los presos se les practica una revisión de su estado de salud desde el momento en que ingresan a un reclusorio. Y que, a partir de ese entonces, tienen derecho a recibir la atención médica en caso de que la necesiten, o cuando lo pidan, puesto que hay médicos de manera permanente en las prisiones españolas.
En caso de que los internos requieran un tratamiento especializado se les traslada a un centro de salud fuera de la prisión, o a un hospital. Incluso, los prisioneros que quieran tener asistencia médica privada dentro de las instalaciones de la prisión, también pueden solicitarlo sin ningún problema.
A las autoridades españolas no les consta que Lozoya se encontrara enfermo antes de abandonar el país español, toda vez que, si hubiera presentado algún síntoma de enfermedad o se sintiera indispuesto para realizar el viaje, habría sido conducido de inmediato a un hospital, refirieron las fuentes penitenciarias españolas.