Poner de cabeza a todo un país cuando se está debatiendo el triunfo del cargo más importante, como es la presidencia americana, eso es lo que pueden lograr las redes sociales.
Un día después de las elecciones que se llevaron a cabo el 3 de noviembre, cuando la tensión y los nervios estaban en su máximo punto porque la votación entre Joe Biden y Donald Trump estaba muy cerrada, empezó a circular información a través de Twitter que en cuestión de minutos alcanzó más de 8 mil retuits, publicación que afirmaba había una manera en la que se confirmaría el fraude electoral y que la victoria había sido para el republicano.
“Atención: El Departamento de Seguridad Nacional controló la producción de las ‘papeletas oficiales’. Los Demócratas imprimen más papeletas, sin saber sobre las marcas de agua de los isótopos no radiactivos en las ‘papeletas oficiales” fue el tuit que dejaba entrever que el dicho departamento tenía el control de las boletas reales.
Las autoridades correspondientes, en cuanto vieron la confusión que empezó a generar el mensaje, salieron a declarar que todo era mentira, que no era verdad existía una operación encubierta del Gobierno Federal y mucho menos se habían marcado todas las papeletas electorales auténticas con “marcas de agua de isótopos no radiactivos” para poder identificar las réplicas fraudulentas de las papeletas.
“El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y la Agencia de Seguridad Cibernética y de Infraestructura (CISA) no diseñan ni auditan las papeletas, que son procesos gestionados por funcionarios electorales estatales y locales”, dijo el director de la Agencia de Seguridad Cibernética, Chris Krebs.