Los puesteros que cada mes de diciembre se instalaban alrededor de la basílica de Guadalupe nunca pensaron al iniciar la pandemia que se verían afectados por el virus que, según se tenía estimado, para el mes de agosto (más tardar) estaría controlado, pues hace apenas unas semanas el Gobierno del Estado anunció que estaría cerrada por lo que seguro tendrán una baja considerable de ventas a comparación de los años pasados.
Pese a la contingencia sanitaria, las restricciones sociales no les impidieron a los comerciantes el alistarse con sus productos, esperando que, si tengan una respuesta por parte de la gente, aunque sea poca.
Algo triste para ellos, pero que debía ser así debido a que la gente no había tomado las medidas protocolarias que semana tras semana la Secretaría de Salud pedía se acatarán y por eso los contagios ahora se han elevado nuevamente.
Un vendedor de la zona pidió y deseó que espera lo visite la gente siempre y cuando sea con sus respectivas medidas para que compren en su establecimiento y en el de sus compañeros, esperando el aval del titular de salud Manuel de la O.