Aún y cuando hubo mucha polémica por dejar libre al General Cienfuegos, la Fiscalía General de la República (FGR) encabezada por Gertz Manero, reprochó la actuación de la DEA por presuntas irregularidades en el proceso de enjuiciamiento del militar, por lo que López Obrador, antes de que se vaya a instancias legales, se vio en la necesidad de intervenir y pedir que se calmen las aguas, pues con la nueva entrada del Presidente de Estados Unidos se busca que la relación inicie tranquila y con la misión de cooperar para el desarrollo de ambas naciones.
“Entonces, yo no soy partidario de que se escale este asunto, creo que es cosa de respeto. Si antes los gobiernos permitían y se quedaban callados ante violaciones a la soberanía, ahora no, es distinto (…) Inclusive ya la propuesta tiene que ver con otras cosas, no hemos aceptado la cooperación militar, no queremos que la relación con Estados Unidos se sostenga en eso, queremos que haya cooperación para el desarrollo, no cooperación militar, no queremos que nos den helicópteros artillados como sucedía o que manden agentes más allá de una cooperación”, dijo Obrador.
Una sabia decisión del mandatario mexicano, ya que, sería un error empezar con el pie izquierdo con la nueva administración americana, que, de hecho, ya hubo algunas diferencias entre una y otra, pero nada que pueda ir más allá. Esperemos que el necio fiscal de México sea inteligente.