El Northwestern Memorial Hospital en Chicago, ha publicado el primer estudio centrado en los síntomas neurológicos a largo plazo en personas que nunca estuvieron lo suficientemente enfermas a nivel físico de COVID-19 como para necesitar hospitalización.
En el informe señala la edad promedio de los pacientes que fue de 43 años, subraya la comprensión emergente de que para muchas personas, el COVID-19 prolongado puede ser peor que sus episodios iniciales con la infección y por su compleja y persistente serie de síntomas.
El estudio de 100 pacientes de 21 estados, encontró que el 85 por ciento de ellos experimentaron cuatro o más problemas neurológicos como confusión mental, dolores de cabeza, hormigueo, dolor muscular y mareos.
“Estamos viendo que, a personas muy funcionales, acostumbradas a realizar múltiples tareas al mismo tiempo y que están en la plenitud de sus capacidades, de repente todo les cuesta y es una lucha muy dura para ellos”, señaló Igor J. Koralnik, jefe de enfermedades neuro-infecciosas y neurología global de Northwestern Medicine, quien supervisa la clínica y es el autor principal del estudio.
Se sigue teniendo en observación a un grupo más de pacientes para verificar si las secuelas de esta enfermedad se desaparecen al paso de más tiempo o bien serían definitivas.