POR: DON MAQUI
En política, lo que se dice es importante, pero lo que no se dice lo es aún más, hoy, Nuevo León es testigo de un juego de sombras donde las piezas parecen estar en su lugar, pero hay una jugada pendiente en el tablero.
Por un lado, el PAN estatal, en voz de Policarpo Flores (pero con la mano de Raúl Gracia moviendo los hilos), anuncia con bombo y platillo que el Presupuesto 2025 está resuelto, y que mañana se aprobará sin problemas.
El mensaje es claro: el acuerdo está amarrado, el PAN ya tiene su instrucción y el Ejecutivo puede respirar tranquilo.
Pero aquí viene el primer giro: el PRI, en la figura de Heriberto Treviño, no canta victoria tan rápido, según él, aún hay detalles por afinar, compromisos pendientes por parte del Gobierno del Estado y ajustes que deben discutirse en la mesa.
¿Entonces en qué quedamos? ¿El Presupuesto ya está definido o todavía hay cosas por negociar?
La contradicción es evidente, mientras los panistas ya reciben línea desde su verdadero líder, el coordinador albiazul en el Congreso, Chale de la Fuente, mantiene un silencio sepulcral.
No ha dado declaraciones, no ha reforzado el discurso de su dirigencia, no ha salido a confirmar lo que Flores ya aseguró, y en política, cuando alguien que debería hablar no lo hace, es porque algo se está cocinando en las sombras.
¿Es un simple desajuste en la comunicación o estamos viendo una grieta dentro del PAN?, ¿Podría ser que Chale de la Fuente tenga una agenda propia y aún no esté convencido del “acuerdo” que su partido ya dio por cerrado?, porque si la bancada panista estuviera realmente cohesionada, el mensaje sería uniforme.
Pero la historia se pone aún más interesante, en un movimiento inusual, Chale de la Fuente y Heriberto Treviño han convocado a una rueda de prensa conjunta, algo no cuadra, ¿Por qué un evento así si, según el PAN, ya todo está acordado?, ¿Acaso el PRI quiere ganar tiempo?, ¿O el PAN necesita reforzar su propia versión porque, en el fondo, sabe que la película no ha terminado?.
Mañana es el gran día, veremos si la línea panista se impone sin fisuras o si en el Congreso se revela un capítulo inesperado de esta historia, porque en Nuevo León, la política nunca es tan predecible como parece.