POR: DON MAQUI

Este 12 de marzo, Nuevo León celebrará el Día del Transportista en el Congreso del Estado, un acto que no sólo debe ser protocolario, sino profundamente significativo.

La Diputada Aile Tamez, ha acertado al crear un espacio solemne para reconocer a quienes, sin fanfarrias ni reflectores, mueven a nuestra economía y sociedad, porque más allá de la celebración, lo que realmente importa es que se haga justicia a un sector que día con día combate contra la invisibilidad en el que, con frecuencia, se encuentra sumido.

El autotransporte de carga, esa arteria vital de la cadena de suministro, merece no sólo un aplauso, sino un homenaje que vaya más allá de las palabras, su importancia es incuestionable: son ellos los que permiten que los productos lleguen a nuestros hogares, los que garantizan que la mercancía fluya, y que la vida cotidiana continúe su curso sin interrupciones.

Es por eso que esta iniciativa no es sólo un acto simbólico, sino una señal de empatía genuina hacia los autotransportistas, quienes en su mayoría trabajan en condiciones que pocas veces merecen reconocimiento.

Los transportistas, como el honorado grupo Tracto Clásicos de Nuevo León, no solo mantienen en alto la historia del transporte, sino que, con su esfuerzo, mantienen el tejido mismo de la economía regional.

Sin duda, en un país donde la política a veces parece lejana de las realidades del pueblo, el Congreso del Estado, liderado por la Diputada Tamez, ha dado un paso importante para reconocer a aquellos que, con sudor y empeño, han hecho del transporte su vida.

Esto debe ser celebrado, porque hay pocos momentos en los que la política se alinea tan acertadamente con la empatía, un Congreso que honra con genuina solemnidad a quienes realmente mueven a Nuevo León y al país.

Eso es lo que merece el transportista: un honor verdadero, no vacío, sino lleno de respeto y reconocimiento a su incansable labor.

Este 12 de marzo, que la solemnidad no sólo se quede en los discursos, sino que perdure en el corazón de quienes entienden que, sin los transportistas, la sociedad misma se detendría.

Habrá que agradecer a la legisladora Tamez que honra a quien verdaderamente lo merece.