El papa Francisco guardó una última sorpresa para su despedida, pidió que su féretro fuera trasladado en su papamóvil blanco, el mismo que usó durante su histórica gira por México en 2016, con este gesto inesperado, Francisco transformó su último viaje en un símbolo de vida y esperanza, en lugar de muerte, tal como lo había hecho a lo largo de su pontificado.
El vehículo elegido fue la camioneta Dodge Ram color blanco que utilizó en México, la cual fue obsequiada en 2017 por el gobierno mexicano al Vaticano para conmemorar los 25 años de relaciones diplomáticas, fue precisamente en ese papamóvil donde, durante una misa en Ciudad Juárez, Francisco llamó a “tender puentes y no muros”, en un mensaje directo a favor de los migrantes.
La decisión de usar este papamóvil cambió por completo el ambiente de la procesión fúnebre en Roma, a lo largo de los seis kilómetros del recorrido, decenas de miles de personas despidieron al pontífice con aplausos llenos de gratitud, lágrimas y alegría, reconociendo en él a un papa sencillo y cercano que luchó siempre por los más desfavorecidos.
El cortejo partió desde la puerta del Perugino del Vaticano a las 12:30 horas locales y llegó a la basílica de Santa María la Mayor, donde las campanas repicaban en señal de fiesta, así, Francisco, el primer papa latinoamericano, se despidió fiel a su estilo: auténtico, esperanzador y profundamente humano.