Junio empezó con un calorón marca diablo que no ha dado tregua. Noches cálidas, días infernales, es lo que tienen que sufrir los neoloneses.
Con mínimas de 25 grados y máximas de más de 40 grados es como Nuevo León ha arrancado el mes; esto sumado a la crisis del agua lo cual hace que los neoleoneses no tengan forma de apaciguar el infierno de la ciudad.
Hay una pequeña esperanza de que la próxima semana vengan lluvias, pero a como está el panorama será una hoya de presión lo que se vivirá.