POR: DON MAQUI
La política, esa danza impredecible de alianzas y traiciones, da espacio a figuras que, al caer, resurgen con más fuerza, hoy, en Nuevo León, un nombre resuena con eco de duda y esperanza, Adrián de la Garza, el llamado “Batman de los priistas”, quien, tras una derrota que parecía definitiva en 2021, ahora se asoma nuevamente al escenario político, la pregunta crucial es: ¿Tendrá el PRI la capacidad de navegar solo? ¿O será el propio Adrián de la Garza quien, decidido a no depender de alianzas inestables, se lanzará por segunda ocasión en solitario a la conquista de la gubernatura?, el panorama, como siempre, es incierto, pero las oportunidades que podrían abrirse son tan vastas como el riesgo que asumiría.
Si el PAN decide abandonar la alianza con el PRI, se abre un abanico de posibilidades para De la Garza, el principal beneficiado podría ser él, al liberarse de las ataduras de la Coalición y poder presentarse exclusivamente como el candidato del PRI, este paso, aunque arriesgado, le permitiría recuperar la pureza de su partido y, quizás, consolidar el voto priista en un Estado donde la historia de este instituto político sigue viva, aunque muy golpeada por las recientes derrotas, además, De la Garza ya cuenta con una base de popularidad y carisma que, si bien no fue suficiente en 2021 para vencer a Samuel García, sigue teniendo un peso importante en la política local.
¿Le alcanzaría a De la Garza la popularidad y el carisma para ganar la gubernatura sin el PAN?, esta es la gran incógnita, la respuesta no es sencilla, pero el contexto nos permite argumentar que podría tener una oportunidad real, en primer lugar, Adrián de la Garza no es un desconocido, en la memoria colectiva de los regiomontanos, su nombre está asociado con la fuerza del PRI y con una Administración que, aunque no exenta de críticas, cumplió su función en términos de seguridad y orden, esa imagen de “robar para vencer”, esa postura de ser el candidato más cercano al “voto de los viejos priistas”, podría ser su mayor activo.
Por otro lado, la salida del PAN de la coalición dejaría un espacio importante dentro del tricolor, un vacío que podría fortalecer a los cuadros más leales y con mayor potencial dentro del partido, sin los compromisos derivados de las alianzas, el PRI podría dar paso a figuras locales que hoy no tienen cabida en las listas del partido, ni en la distribución de candidaturas para municipios, diputaciones o alcaldías, algunos cuadros jóvenes o veteranos que se han sentido desplazados por el coloso de la Coalición podrían ver en esta nueva situación una oportunidad para retomar protagonismo, sin los compromisos con el PAN, el PRI podría reorganizarse internamente, fortaleciendo a su militancia en lugar de subordinarse a los intereses ajenos.
La situación en Monterrey, el principal bastión político y económico del estado, es también clave, el gobierno de Adrián de la Garza al frente de la Alcaldía ha sido objeto de numerosas críticas, pero no se puede negar que ha mantenido una estructura sólida en la capital regia, si el PAN se separa de la alianza, se liberarían espacios en la ciudad y en el área metropolitana, lo que permitiría que el PRI se reposicione con más fuerza y sin las tensiones de las alianzas forzadas.
Pero, ¿Está el PRI listo para navegar solo? Adrián de la Garza podría estar en la posición perfecta para hacerle frente a este desafío, el partido, que ha sido desgastado por años de derrotas, tiene en él un líder que ya sabe lo que es gobernar y que, a pesar de su derrota frente a García en 2021, sigue siendo una de las figuras más conocidas del escenario político local, la pregunta es si el partido tiene la estructura suficiente para sostener una campaña exitosa por sí mismo, o si la fragmentación interna de la organización será su talón de Aquiles.
¿Está Adrián listo para lanzarse a la aventura por segunda ocasión en solitario?, puede que sí, de hecho, muchas veces, la historia nos enseña que los personajes más fuertes emergen de las cenizas tras una derrota, no es casualidad que muchos políticos hayan logrado el cargo perdido en su segunda o tercera oportunidad, los recuerdos de aquellos que fueron derrotados y luego lograron resurgir están grabados en la memoria colectiva, Adrián de la Garza podría ser uno de esos casos, en su mente debe resonar la idea de que, en política, el tiempo lo cambia todo, y los errores del pasado se pueden convertir en lecciones para el futuro.
La batalla que se avecina será feroz, y de los nombres que hoy parecen en la contienda, Adrián de la Garza es, sin duda, el más seguro en su posición, mientras Morena se despedaza antes de la contienda, con su propia lucha interna por definir un candidato, y Movimiento Ciudadano dependiendo del dedo de Samuel García, el PAN se verá obligado a esperar pacientemente, como el zorro astuto que se mantiene al margen, en este escenario, De la Garza tiene tiempo para definir su estrategia y ver cómo se desenvuelven sus adversarios.
El PRI, como en tantas ocasiones antes, tiene una oportunidad en sus manos, si De la Garza es capaz de reactivar su partido, volver a conectar con la base priista y darles lo que hoy parece haberse perdido, podría, por fin, lograr lo que en 2021 se le escapó, la política siempre ofrece una segunda oportunidad, y quizás, solo quizás, esta vez sea su turno.