La Universidad de Estocolmo realizó un estudio que dio a conocer por medio de redes sociales donde junto con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos determinaron que el agua de la lluvia no es potable y nunca se debería de consumir o usar para realizar limpieza de objetos en hogares, restaurantes u otros lugares.

Esto por el contenido de sus altos niveles de químicos que pueden crear en el cuerpo como colesterol, malestares estomacales, algún tipo de cancer, entre otros.