Acceder a las líneas 1,2 y 3 (si por fin opera el siguiente año), sería posible hacerlo con una tarjeta universal para todo el sistema de transporte público, una especie de tarjeta bancaria con chip e incluso, podría usarse el celular y otros dispositivos móviles.

La dependencia de Metrorrey, lanzó la licitación para su nuevo sistema de peaje, con el que busca eliminar los boletos reutilizables que expende desde su inauguración en 1991.

Estos nuevos equipos expedirían tarjetas recargables, similares a la actual tarjeta MIA, pero que también podrán utilizarse en la Ecovía y en el transporte público de la ciudad a través de los validadores de la tarjeta Feria.

El sistema contempla con la posibilidad de acceder al Metro mediante el pago directo con tarjetas bancarias, por medio de smartphones y códigos dinámicos.

Esta sería la segunda vez que se licita este sistema, ya que Metrorrey intentó adquirir este esquema de peaje en octubre pasado, sin embargo, en esa ocasión, la licitación fue declarada caduca debido a que ninguna de las tres empresas participantes presentó una propuesta técnica que se considerara eficaz y solvente.

Según el director del Instituto de Movilidad del Estado, Noé Chávez, este nuevo sistema sería financiado con los recursos sobrantes del financiamiento obtenido para los vagones de la Línea 3.

“Tuvimos ahorros en la compra de los vagones nuevos: se habían autorizado 2 mil 200 millones de pesos (de financiamiento) y solamente se utilizaron mil 400 millones, con ese sobrante, vamos a poder adquirir el sistema completo de peaje, y va a sobrar”, dijo.

Según el funcionario, el sistema integral para las tres líneas del Metro, incluyendo el software, terminales, máquinas expendedoras y torniquetes, tendría un costo que asciende entre 600 y 800 millones de pesos.

Para las empresas interesadas en participar en esta licitación, el registro de participantes cierra el 21 de agosto, y el fallo está programado para el 25 de septiembre. Tras la firma del contrato, la empresa ganadora tendrá un plazo de cinco meses para retirar los equipos actuales, instalar los nuevos y capacitar al personal de Metrorrey