Tal como lo advertiremos aquí mismo aquel día que se denunció penalmente a Acción Nacional por la alteración de dictámenes en la Ley de Movolidad, la ausencia de Karina Barrón llevaba un propósito y ayer lo hizo evidente.
Colosio tiene en contra si así lo deciden el sistema de Justicia de Nuevo León, ha cometido a juicio de Carlos de la Fuente el delito de difamación, ello conllevaría un proceso penal en su contra y un posible desafuero para inhabilitarlo en su aspiración por la alcaldía de Monterrey.
Dos beneficiados de esta jugada, Karina Barrón que podría competir por alcaldía de MC y Francisco Cienfuegos, que vería destruido el único objetivo externo que puede generarle dolores de cabeza para pensar en quedarse con la silla de Adrián de la Garza.
Hoy el cinismo aflora más que nunca en Barrón Perales, ha dejado atrás cuidar las formas y posa para la cámara cuál actriz de cine con sus coestelares de una película llamada “Troya”.
No hay el más mínimo rubor que todos se enteren que se pacta en lo obscurito y se transparenta el acuerdo para mandar señales claras.
Hay dos jefes en Congreso, y hay que obedecer sumisa la línea que se trace sobre cada tema en específico.
Nada escrito aún, sin embargo Karina Barrón sigue enlodando su nombre entre imágenes que la dejan como lo que sus adversarios gustan de llamarla, la Legisladora de la discordia.