Donald Trump anunció un nuevo acuerdo con los fabricantes de automóviles en Estados Unidos, con el objetivo de aliviar la carga arancelaria que enfrenta el sector. Según explicó el presidente, esta medida se aplicará durante los próximos dos años como parte de una “pequeña transición, a corto plazo”, y consiste en otorgar créditos fiscales a las empresas que ensamblen vehículos dentro del país. “Si no consiguen piezas, no queríamos penalizarles”, señaló Trump, antes de viajar a Míchigan en el marco de los primeros 100 días de su segundo mandato.
El acuerdo modifica una proclamación previa del 26 de marzo de 2025, la cual establecía un arancel del 25 % sobre ciertas partes importadas. Con el nuevo esquema, si las piezas sujetas al arancel representan el 15 % del valor de un automóvil, se otorgará un crédito fiscal del 3,75 % del valor total del vehículo ensamblado entre el 3 de abril de 2025 y el 30 de abril de 2026. A partir del 1 de mayo de 2026, ese crédito será del 2,5 % y se aplicará hasta el 30 de abril de 2027.
La medida beneficiará tanto a fabricantes nacionales como extranjeros, siempre y cuando el ensamblaje final del vehículo se realice dentro de Estados Unidos. Sin embargo, la ayuda estará limitada al monto equivalente a la carga arancelaria, sin excederla. El objetivo del Gobierno, según la orden ejecutiva, es mitigar los efectos de unas importaciones que, desde 2019, han sido consideradas un riesgo para la seguridad nacional.
El secretario de Comercio, Howard Lutnick, calificó el acuerdo como “una gran victoria” para la política comercial del presidente, destacando que promueve la inversión y expansión de la producción nacional. Mientras tanto, países como Alemania, Japón, México y Canadá siguen viéndose afectados por los aranceles, aunque estos dos últimos cuentan con una exención temporal en lo que respecta a las partes automotrices.