En ocasiones la política se trata de saber mejor tus cartas que las de tu oponente, el problema es si desde la casa propia te hacen jaraquiri, y así le pasó a Morena Nuevo León que hoy paga con creces el haber permitido que se vendiera la marca en favor de la expriista Clara Luz Flores, quien consiguió el carro completo para asegurar (cosa que no sucedió) un triunfo.
Así llegaba José Alfredo Pérez Bernal, un insípido militante de Acción Nacional que creció bajo la sombra de Felipe De Jesús Cantú, el eterno perdedor de #Monterrey (solo por detrás de Felipe Enríquez). Pérez Bernal consiguió la suplencia en la diputación pluri que le había tocado a Cantú y que fue catafixiada en favor de Waldo y que lo mantuvo en la suplencia.
Hoy, este flamante expanista se suma a las filas de Movimiento Ciudadano, haciéndole compañía a otros expanistas como Arturo Méndez (ahora regidor de Monterrey) y a Sandra Pámanes (diputada local), pero no se confundan, estos dos últimos son honorables en comparación a la vida y obra del segundo de Felipe.
Pérez Bernal ha pasado sin pena ni gloria en su carrera política, un político de formación amarga, irrelevante y mezquina, donde ha logrado sobrevivir derivado de sus relaciones publicas que forjó como presidente estatal del PAN allá por 2012. Y es aquí donde inclusive, Fernando Elizondo lleva mano en la jugada para llegar como Director del Instituto de Innovación y Transferencia de Tecnología.