Por: Don Maqui

Reza un dicho que “la política es el único lugar donde nadie muere para siempre”, pero también debería de agregarse otro que dijera que es el lugar preferido de los partidos políticos para mostrar una dualidad convenenciera e impresionante para cambiar de ideales cada tres años o cada seis dependiendo del caso.

Escribiremos del Partido Verde Ecologista que su nacimiento estuvo ligado a Vicente Fox con quien sostuvo una alianza que parecía le redituaría frutos en la administración de “Chente” pero que, sin embargo, el presidente panista dejó tirada a la gente del Partido Verde.

Su fundador padre del famoso “niño verde” Jorge Emilio González debió de aguantar el desdén y la ingratitud del panista que siendo presidente no cumplió los acuerdos políticos que debió para darle fortaleza al verde.

Debió de ser el PRI quien rescatara a los ecologistas de la oscuridad en la que los dejó Vicente, a partir del 2006 “los niños verdes” se convirtieron en socios cómplices y algo más de la camada nueva del PRI, en adelante de este año siempre mostraron ser el aliado perfecto para maquillar victorias priistas en diferentes estados.

Dicha unión parecía que era un amor eterno que jamás acabaría y quedaría para la historia como un dúo dinámico perpetuo.

Sin embargo, no hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla y hoy el verde ecologista ha decidido por lo menos en Nuevo León, darle la espalda a su eterno socio y acudir a una especie de alianza extraña con el partido del presidente de la República Morena.

Los priistas en Nuevo León muestran preocupación, ya que, el Partido Verde representa históricamente el 6 o el 7% de la votación total de la elección en donde participan.

No es cosa menor dicho número, ya que, podría representar la diferencia entre ganar o no ganar la gubernatura, el Verde juega sus mejores cartas en el 21 y debe de estar rezando porque su antiguo socio no gane la elección de Nuevo León, porque pareciera que a sus dirigentes del estado no les sonreirá la suerte mucho que digamos del 21 al 27. ¡Al tiempo!

Por: Don Maqui

Reza un dicho que “la política es el único lugar donde nadie muere para siempre”, pero también debería de agregarse otro que dijera que es el lugar preferido de los partidos políticos para mostrar una dualidad convenenciera e impresionante para cambiar de ideales cada tres años o cada seis dependiendo del caso.

Escribiremos del Partido Verde Ecologista que su nacimiento estuvo ligado a Vicente Fox con quien sostuvo una alianza que parecía le redituaría frutos en la administración de “Chente” pero que, sin embargo, el presidente panista dejó tirada a la gente del Partido Verde.

Su fundador padre del famoso “niño verde” Jorge Emilio González debió de aguantar el desdén y la ingratitud del panista que siendo presidente no cumplió los acuerdos políticos que debió para darle fortaleza al verde.

Debió de ser el PRI quien rescatara a los ecologistas de la oscuridad en la que los dejó Vicente, a partir del 2006 “los niños verdes” se convirtieron en socios cómplices y algo más de la camada nueva del PRI, en adelante de este año siempre mostraron ser el aliado perfecto para maquillar victorias priistas en diferentes estados.

Dicha unión parecía que era un amor eterno que jamás acabaría y quedaría para la historia como un dúo dinámico perpetuo.

Sin embargo, no hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla y hoy el verde ecologista ha decidido por lo menos en Nuevo León, darle la espalda a su eterno socio y acudir a una especie de alianza extraña con el partido del presidente de la República Morena.

Los priistas en Nuevo León muestran preocupación, ya que, el Partido Verde representa históricamente el 6 o el 7% de la votación total de la elección en donde participan.

No es cosa menor dicho número, ya que, podría representar la diferencia entre ganar o no ganar la gubernatura, el Verde juega sus mejores cartas en el 21 y debe de estar rezando porque su antiguo socio no gane la elección de Nuevo León, porque pareciera que a sus dirigentes del estado no les sonreirá la suerte mucho que digamos del 21 al 27. ¡Al tiempo!