Después de una prolongada sequía, la llegada de las lluvias ha transformado el paisaje de Nuevo León, revitalizando al río La Silla.

 

La reciente precipitación no solo ha llenado sus cauces, sino que también le devolvió el esplendor a este paraíso natural.

 

Sus aguas azul turquesa y su vegetación invitan a los visitantes a disfrutar de un entorno lleno de vida y frescura.

 

Este renacer del río y sus alrededores, considerado un pulmón verde para la ciudad, es un recordatorio del poder regenerador de la naturaleza, ofreciendo un espacio ideal para admirar la fauna local y respirar aire puro.