Dicen que en la vida y en la política el mérito rara vez se reconoce en su justa dimensión, pero hay ocasiones en las que las circunstancias se alinean para poner en el centro del reflector a quienes, con trabajo, disciplina y conocimiento, han sabido hacerse un lugar en las grandes ligas, este es el caso de Ulises Carlín de la Fuente, el Consejero Jurídico del Gobernador Samuel García, quien ha sido seleccionado para competir por un lugar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
No es poca cosa, un abogado regio, con formación y trayectoria en la administración pública, tiene ahora la oportunidad de convertirse en Ministro de la Corte en un proceso inédito, que marcará un antes y un después en la forma en que se eligen a los máximos intérpretes de la Constitución, y aunque el camino apenas comienza, su nombre ya figura en la historia.
Carlín no es ajeno al rigor del derecho, con estudios en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y una carrera enfocada en el servicio público, ha sido pieza clave en la estructura legal del Gobierno de Nuevo León, aportando su conocimiento en materia jurídica y política, ahora, con su nombre en la terna de aspirantes, tiene la posibilidad de dar el salto definitivo a la arena nacional y representar no solo a su Estado, sino a una nueva generación de juristas que buscan consolidar el Estado de Derecho en México.
Y aunque habrá quienes intenten descalificar su candidatura con el argumento de la cercanía con el mandatario Samuel García, lo cierto es que la capacidad y la preparación pesan más que las filias o fobias políticas, en el terreno de la justicia, lo que cuenta es la solidez argumentativa, la independencia de criterio y el conocimiento profundo de la ley, y Carlín ha demostrado que los tiene.
En una época en la que la justicia está en la mira de todos, y donde la independencia judicial se pone a prueba cada día, contar con perfiles que realmente comprendan el significado de impartir justicia es más importante que nunca, ser Ministro de la Corte no es para cualquiera, se necesita carácter, formación y una visión clara de lo que representa el máximo tribunal del país.
Por eso, honor a quien honor merece, Ulises Carlín tiene ante sí una gran oportunidad, si la historia y el voto popular le dan la confianza, Nuevo León podría tener en la SCJN a uno de los suyos, un abogado que entiende el peso de la toga y el martillo, el tiempo dirá si logra la hazaña, pero por ahora, el solo hecho de estar en la contienda ya es un reconocimiento a su trayectoria y capacidad, y eso, nadie se lo quita.