La propuesta de aplicar un impuesto del cinco por ciento a las remesas enviadas desde Estados Unidos podría tener un impacto significativo en las familias mexicanas, especialmente en las monoparentales, que representan el 33 por ciento del total de los hogares que reciben este tipo de ingresos.

 

Joana Chapa, directora de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), señaló que esta medida podría agravar la pobreza en diversas regiones del país, particularmente en el centro-occidente y el sur, donde las remesas son un pilar económico para millones de familias.

 

De acuerdo con datos recientes, actualmente alrededor de 4.5 millones de hogares en México dependen de las remesas para subsistir, una cifra que ha crecido significativamente en comparación con los 1.6 millones registrados en 2018, lo que representa un aumento de casi el triple en solo seis años.

 

Se estima que el nuevo impuesto podría reducir el flujo de remesas hacia México, afectando directamente a las comunidades más vulnerables.

 

Las implicaciones económicas y sociales de esta política, de implementarse, serían especialmente severas para los hogares encabezados por mujeres o personas solteras, que dependen en gran medida de ese recurso.