El tema de los contralores ha sido tema de controversia en últimas fechas, tanto a nivel local, como estatal, pues curiosamente, nadie tiene cuentas que rendir, así es, o todos los que portan este cargo se hacen de la vista gorda o de plano no hay nada que vigilar (no se ría).

Como recordaremos, hace poco, el propio Congreso Local de Nuevo León llamó a comparecer a su Contralor, ¿Pueden creerlo? Ellos mismos llamaron a quien debe vigilarlos de que todo esté en orden y conforme a derecho, así de mal están las cosas en estos cargos, ¿habrá que inventar el Contralor del Contralor? Un laberinto, pero parece más factible que seguir sin pies ni cabeza en cuanto a la vigilancia de los niveles de poder.

Después de un análisis profundo y detallado, se llega a la conclusión de que todo esto deriva en que su designación siempre ha sido a modo, es decir, los impone la misma autoridad a la que tiene que vigilar, algo totalmente incongruente, pues, como se dice coloquialmente, ¿Cómo le vas a morder la mano a quien te da de comer? He ahí al problema de raíz, que es totalmente lógico y natural, lo que pasa es que hace falta iniciativa para regularlo, ¿o no hace falta?

Hace poco trascendió una iniciativa interesante en cuanto a este problema, y es que consiste en imponer la figura del ‘’Contralor Ciudadano’’, el cual, tendría que ser designado por la misma ciudadanía, tal cual lo dicta la etimología de esa probable colocación; tal iniciativa fue promovida por el abogado Francisco Bustillos, quien hasta se tuvo que ir al amparo para que le hicieran caso los incompetentes Diputados del Congreso Local, incluso, les ganó, pero como siempre, no cumplen lo que dicta la autoridad en tiempo y forma. ¡No aprenden!

El camino ya está hecho, lo que pasa es que hacen falta ganas para erradicar el problema de raíz, y no solo tener que llamarlos una y otra vez a que digan lo mismo de siempre: excusas y más excusas, pero bueno, el circo de señalar responsables y no hacer nada al respecto por parte de los competentes sigue a la orden del día. De mal en peor.