POR: DON MAQUI
Lo hemos reiterado en innumerables ocasiones en este medio, Clara Luz Flores Carrales y su esposo Abel Guerra, han decidido jugarse la campaña a la gubernatura imponiendo a sus amigos expriistas.
Hemos dado varias muestras de lo que pasaría, y que finalmente empieza a pasar, es tan evidente que el parámetro de las encuestas terminaría en una falacia más, aun conociendo el antecedente de lo que sucedió con la elección del dirigente de Morena, vaya el propio Muñoz Ledo impugnó el proceso en donde alegó desde el INE se impuso a Mario Delgado.
Hablar de un proceso de encuestas para elegir candidatos parece una manera democrática de aplicar el famoso dedazo sin que nadie pueda reclamar, quizás si lo sea que en el tema jurídico sea complejo demostrar el sesgo de un sondeo, sin embargo, en el tema mediático y social parece que la única que tiene crisis política al interior de su campaña es Clara Luz.
El día de ayer tal como se esperaba, impusieron a una mujer en Linares que no tiene la culpa de ser amiga de Clara Luz, sin embargo, pareciera que en aquel pueblo no era la preferida para encabezar el proyecto de la Cuarta Transformación, aun y con todo eso reinó la voluntad de la candidata a gobernadora dejando damnificadas a tres mujeres jóvenes que verdaderamente trabajaron para lograr ser las candidatas a la alcaldía.
En Escobedo pasó algo similar, ya no por los resultados de la encuesta que evidentemente favorecen al testaferro de Abel Guerra, Andrés Mijes toda la vida ha sido fiel escudero del esposo de Clara Luz, no de ella, es decir una imposición hasta para la propia candidata. El tema en este municipio es que se echaron a la espalda a una enemiga del tamaño de Celia Alonso qué ya reclamó que Morena carece de espacios en el estado para trascender seguro de problemas a nivel nacional.
En Juárez, Nuevo León otro caso idéntico a los anteriores, se impuso un candidato del Partido Verde que a mayores señas es nómada político, ya que, cada tres años aparece como candidato convencedor como lo que se le acomode al líder Edgar Salvatierra, que negoció y dicen que bastante bien eso de vender candidaturas al mejor postor, también allá habrá quejas pero lo extraño es que uno de los comparsas en Morena de Clara Luz, Ramiro Alvarado mandó a su esposa de aspirante cuando ya estaba resuelto que el Verde impondría su voluntad.
Hay muchos más ejemplos de la cerrazón de Clara Luz y su marido para imponer candidatos, lo cual indudablemente la ponen en un estado de desventaja, ya que, parece que la asesoría de Guerra no es la más idónea para armar cuadros, sobre todo si atendemos a que el estigma de jamás haber podido ganar nada fuera de Escobedo lo persigue siempre, salir derrotado dos veces en la capital regia debería de ser motivo suficiente para entender que de operación política sabe muy poco, y haber fracasado una y otra vez en su intento de ser candidato a gobernador por el PRI lo deberían de tener vetado de siquiera opinar sobre selección de candidatos, sin embargo, al interior de la campaña de Clara Luz se sabe que prácticamente sin el aval del que quiere ser primer damo del Estado es imposible transitar.
Por el bien de Clara Luz y quienes genuinamente creen en ella, ojalá corrija el rumbo de las imposiciones y pase a las negociaciones políticas con los distintos grupos que hoy encabezarán seguramente marchas en su contra.