Por: Don Maqui
Cada día que pasa en el medio político nacional, crece la preocupación por un tema fundamental para mantener a la cuarta transformación en ruta de sus proyectos.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha buscado por todos los medios imponer su sello a la administración pública federal que, guste o no él encabeza para ello, para cualquier reingeniería gubernamental se requiere la complicidad de las Cámaras Legislativas en México de una la tiene y es aplastante, es decir, la de Diputados, en la de Senadores batalla un poco más para conseguir le aprueben sus propuestas, sin embargo, también lo logra bueno casi siempre.
Andrés Manuel se ha acostumbrado a esa mayoría de la Cámara de Diputados de tal manera que, ahí han transitado dos de sus decisiones que en el papel parecen intrascendentes pero que, aquí donde humildemente analizamos la política nos parecen de gran importancia para conseguir su objetivo de mantener esa Cámara de su lado.
Su principal operador político los dos años que lleva su gobierno fue desde San Lázaro Mario Delgado, a él encargó que transitaran todas sus propuestas y digamos que Mario cumplió cabalmente con mantener de cierta manera unida la alianza que llevó al poder a López Obrador en torno a las votaciones que se realizan.
Una vez que Mario Delgado cumplió su función de dotar a Andrés Manuel de todas las herramientas que requería en este primer tramo de su gobierno lo lanzó a dirigir los destinos de su partido.
Desea el presidente que Delgado sea tan eficiente en construirle otra mayoría en San Lázaro como la de 2018, ese es el gran encargo del presidente de los Morenitos.
Cómo diría el gran político y villano favorito de Andrés Manuel, Carlos Salinas de Gortari “no se hagan bolas” con el 2021 la mira de quien encabeza el gobierno federal está situada en mantener los controles políticos de la Cámara de Diputados.
No le interesa nada más o por lo menos nada le interesa, dicho de otra manera, tanto como prioritario que es ganar la Cámara para su segundo trienio al frente de México.
Así que, quienes aspiran a ser diputados federales ya saben que ese es el botín que quiere Morena así que desde ahora les adelantamos que esas candidaturas están casi reservadas para los más cercanos de la cuarta transformación o de sus aliados.
Hagan sus apuestas que aquí la que ya corrimos es que la única preocupación de Mario Delgado será darle viabilidad al gobierno de Andrés Manuel y, eso no se consigue con gubernaturas, ni con alcaldías, ni con Congresos locales, no señores y señoras, para ello se requiere control absoluto de San Lázaro.