Por: Don Maqui
En política es difícil que algo no esté escrito, casi todo ya sucedió en elecciones pasadas, cada factor juega un papel importante para lograr el anhelado triunfo de los partidos políticos, sobre todo en Nuevo León, pues se tiene a un fenómeno llamado CTM, que guste o no, aglutina a una cantidad impresionante de afiliados a su central que representan quizá el último voto corporativo en el estado.
Es así como la central obrera es definitiva para los triunfos del PRI en alcaldías tan cerradas como Guadalupe y Monterrey, es influyente a nivel estatal porque representa, a decir de los enterados de números fríos y que están plasmados en las estadísticas de la Comisión Estatal Electoral (CEE), algo así como la pequeña y mínima cantidad de 100,000 votos por lo menos en todo el estado de Nuevo León.
Se presume que la elección del 2021 será tan cerrada, y casi adelantamos que judicializada la cantidad que aportará la central que dirige Ismael Flores, que no es cosa menor, al contrario, representa una bocanada de oxígeno para los priistas.
Es un hecho que el factor del coronavirus afectará a la elección del 2021 y es ahí donde cobra fuerza, y bastante, que los partidos políticos tengan estructuras que puedan movilizar el día de la elección, suena sencillo, suena romántico decir que la gente sale a votar por convicción, pero los estudios sobre el mercado político indican que la gente le vale algo así como que “puro gorro” lo que pasa el día de la elección, hay poca gente responsable y poca gente que atienda el llamado de la responsabilidad social que tenemos.
Entonces como diría el mítico Carlos Salinas de Gortari, “no se hagan bolas” que, en el 2021, el que tenga más aceitada la maquinaria electoral como estructura, es quien llevará la voz cantante para ganar; sobre dicho no hay secreto, no hay mentira, si no me cree, tome la estadística de la CEE y verá que los números no mienten.