Luis Enrique Hernández, fundador de ‘’El Caracol’’, organización que se dedica a atender a población que se encuentra en situación de calle, puntualizó interesantes teorías respecto al por qué no se han reportado, hasta el momento, casos Covid-19 entre la población callejera.

Hernández relata que, en una de las mesas de diálogo que se llevan a cabo cada mes tres entre organizaciones que también se dedican a la misma labor social, pero de Chile, España, Colombia, Brasil, Argentina y en México, refirieron tres interesantes hipótesis del por qué las personas que no tienen casa no se contagian.

La primera apunta a que, si bien estas personas viven a la intemperie, pasan por un distanciamiento de las demás personas por su olor y aspecto, es decir, el contacto que tienen de cerca con la gente es muy limitado, nadie se acerca a ellos, nadie habla con ellos. Las personas solo se acercan para darles comida o dinero, teniendo un contacto mínimo.

La segunda se centra al sistema inmunológico, ya que según la experiencia científica dice que entre más expuestos estamos a patógenos, más resistentes somos ante ellos, es como una especie de ‘’entrenamiento’’ por así decirlo, que hace que nuestro sistema inmune esté fortalecido, y de las personas que están en situación de calle, increíblemente, somos testigos de cómo sobreviven ante las graves condiciones antihigiénicas.

La tercera hipótesis, por increíble que parezca, señala que las personas que consumen bebidas enervantes y productos psicóticos, hacen como un campo desinfectante en nuestro organismo, pues el alcohol contrarresta a las bacterias, es decir, las elimina, por ello, es que los indigentes que toman alta cantidad de ‘’Tonayán’’ (bebida alcohólica), podría ser que sea lo mismo que les salve la vida.