A poco más de una semana de su muerte, el legado de Mauricio Fernández Garza adquiere un nuevo matiz con la reciente colocación de la escultura “Niña Cangrejo”, obra del artista oaxaqueño Sergio Hernández, en la Calzada San Pedro, la pieza, que Fernández promovió desde hace más de dos años, fue inaugurada formalmente en presencia de autoridades municipales y familiares, justo cuando su trayectoria política y cultural entra en etapa de evaluación pública.
La escultura, situada en el cruce con Vía Angélica en la colonia Fuentes del Valle, alcanza los 10 metros de altura y está elaborada con ocho toneladas de bronce, su emplazamiento, una zona con alto tránsito vehicular, la convierte en un nuevo ícono de identidad urbana, pretendiendo enlazar simbólicamente a San Pedro y Monterrey bajo una visión estética marcada por la gestión de quien fuera alcalde en múltiples ocasiones.
En su última intervención pública, Stefan Fernández, hijo del exmandatario, evocó el sentido simbólico detrás de la elección artística de su padre: “Cuando uno aprende a percibir la esencia de las personas, entendería por qué mi padre eligió esta escultura”, comentó, recordando cómo la obra encierra valores de libertad, conexión con la tierra y una mirada lúdica, la ceremonia destacó incluso la donación de los derechos de reproducción al municipio por parte del artista Sergio Hernández.
Mauricio Farah defendió la escultura como tributo a la visión ciudadana de Fernández: “El ingeniero Mauricio siempre tuvo una ilusión muy clara: llenar de arte urbano a San Pedro”, expresó, con su fallecimiento, el proyecto de la “Niña Cangrejo” adquiere un matiz póstumo que refuerza su papel como parte del legado cultural local.