Donald Trump, aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos, anunció que de ganar en noviembre exentará de aranceles a las piezas de automóviles fabricadas en México y Canadá. La declaración sorprendió al sector industrial, ya que va en sentido contrario a la línea proteccionista que el exmandatario ha defendido durante años.
En un mitin en Michigan, Trump aseguró que su política comercial “defenderá a los trabajadores estadounidenses, sin destruir las cadenas de suministro que nos mantienen competitivos”. Con esto, dejó claro que su enfoque se centra en castigar a China, pero no a sus socios del T-MEC, enviando un mensaje conciliador al norte del continente.
Empresarios y analistas calificaron la propuesta como un intento de tranquilizar a la industria automotriz, preocupada por posibles represalias si se reinstauran barreras comerciales. Trump matizó que los vehículos ensamblados en Norteamérica “no deben ser penalizados”, destacando que el objetivo es “fortalecer nuestra economía, no sabotearla”.
La postura fue bien recibida por funcionarios de México y Canadá, quienes ven en esta exención un respiro ante el panorama electoral estadounidense. Sin embargo, algunos observadores advierten que las declaraciones de Trump suelen cambiar de tono, dependiendo del estado en el que se encuentra haciendo campaña.