POR: DON MAQUI

Corría el mes de octubre del año pasado y Andrés Manuel López Obrador, fiel a su estilo, dio una indicación determinante, desaparecer todos los fideicomisos que consideraba anacrónicos y además una carga administrativa sin sentido.

Mandó iniciativa a la Cámara de Diputados que parece dispuesta, como siempre, a las órdenes presidenciales y eliminó de un solo decreto cada fideicomiso que le daba vida a algunas actividades en el país.

Ciertamente salieron datos a relucir de corrupción de que eran entes administrativos que servían para operar todo menos apoyos a la gente y, en el peor de los casos, se beneficiaban como siempre los funcionarios.

Sin embargo, de aquella fecha al día de hoy, Andrés Manuel López Obrador nos ha quedado a deber la explicación de qué va a pasar con todas y cada una de las actividades que esos fideicomisos realizaban y, sobre todo, en dónde quedó el dinero.

Veremos si en estas épocas nos dicen qué fue lo que sucedió y cómo se protegerá cada área a las que estaban destinados dichos fideicomiso.