POR: DON MAQUI

¡Bingo! Por unanimidad, el Senado desapareció la caja chica de los presidentes, esa que llamaban “partida secreta” y que seguro se utilizó en un sin fin de tropelías en el pasado.

“No podrá haber partidas secretas en el Presupuesto de Egresos de la Federación”, quedó establecido en la fracción IV del artículo 74 de la Constitución.

Ana Lilia Rivera dijo que la partida secreta había sido vista como “una caja negra” de recursos públicos que el Presidente de la República podía manejar a su antojo.

“Con el Gobierno autoritario y patrimonialista de la segunda mitad del siglo XX –observó–, la partida secreta se desvinculó de su sentido original y se convirtió en una herramienta de opacidad y corrupción por la que el Presidente disponía arbitrariamente de los recursos del pueblo sin ningún tipo de rendición de cuentas.”

Con el Presidente Miguel Alemán, recordó la tlaxcalteca, la partida secreta alcanzó el 6.5 por ciento del gasto total; con Luis Echeverría, la bolsa aumentó al 24 por ciento. Con Salinas de Gortari, cifró los cuatro mil 634 millones de pesos.

El senador panista Julen Rementería del Puerto hizo notar que, con la modificación a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Presupuestaria, se había reinstalado, en los hechos, una partida secreta.

“No se puede pensar en que los ahorros de un presupuesto los pueda disponer el Ejecutivo por decreto y llevarlos al área que quiera cuando se trate de ahorros; y peor todavía, que hablemos de subejercicio porque hay que distinguir entre lo que es un ahorro y lo que es un subejercicio”, planteó.

Se puede decir que Morena y Amlo cumplen una de sus promesas de campaña, que era desaparecer la discrecionalidad del ejercicio del gasto público.


Con ello el Presidente seguro tomará más fuerza para decir que él y sus opositores no son iguales.

Sea como sea, es un gran logro lo que se aprobó hoy.