Hoy estamos viviendo una situación nunca vista, nunca nos imaginamos tener que estar en nuestras casas encerrados por voluntad o por necesidad; dejar nuestras tareas ordinarias y dejar de ver a nuestros familiares y amigos.
No hay duda de que vivimos una situación atípica que tendrá consecuencias en diferentes rubros: económicos, políticos y sociales; incluso, esta contingencia sanitaria ha dejado ver la realidad que vive México, donde son millones los que viven al día, y ante la crisis serán los más sacudidos o afectados.
La realidad que vivimos inclusive ha demostrado ese México clasista que creemos que es un mito, donde el pobre será y es el mas afectado mientras que el rico apoderado tiene hasta para realizar una boda en plena pandemia y en la Catedral de Monterrey, aún y cuando la Arquidiócesis de Monterrey canceló todo evento que se pudiera realizar.
Lamentable lo que tenemos que vivir hoy en día, pero es aun más lamentable que el discurso sea contrario a la acción, y que en un escenario creado para lograr adeptos hacia el 2021, el senatore, como se hace llamar, haya realizado su boda, luego de sembrar terror en la sociedad e insistir que se queden en sus casas.
El doble discurso solo deja ver la realidad, el dinero y el poder siempre serán lo primero, aún y cuando esta Cuarta Transformación ha jurado que están luchando contra ella, y podría ser cierto, pero no es pareja y mucho menos equitativa.
Miles de parejas que tuvieron que cancelar sus eventos, posponerlos, sufrir por no culminar un compromiso adquirido, pero que entendieron que lo que vivimos es algo que nadie se imaginó que pasaría y se fue aceptando por voluntad o por obligación el quedarse en sus casas como medida de precaución y hacer caso a lo que autoridades, medios de comunicación y sociedad que tanto ha insistido.
Pero, nos encontramos con la expresión más podrida del Poder mismo, la corrupción que incluso en la Iglesia han profesado y que ayer fue notoria; las instrucciones no son parejas, aquí el que tiene poder, dinero o fama sobresale del resto; aquí el rico es rico y el pobre es pobre.