Esta mañana del lunes el Río Ramos, ubicado dentro de la jurisdicción del municipio de Allende, amaneció lleno de basura, esto por las múltiples visitas que hubo este fin de semana debido a su reapertura luego de estar 5 meses cerrado por la pandemia del Covid-19.
Bolsas de plástico, botellas de refresco, cajas de pizza, bolas de carbón, botes de aluminio e incluso pañales llenos de residuos defécales, fue la basura que más se dejó en este paraje turístico del municipio de Allende.
A pesar de que las últimas semanas se ha hecho más notorio el problema que genera la basura derivado de las fuertes lluvias que ocasionalmente imperan en la región, y provocan graves inundaciones por las avenidas principales de la metrópoli, la gente sigue sin tomar precaución de esto y continúa dejando a su paso toneladas de basura.
Además de la clara contaminación del agua, tierra y aire, la mala gestión de los residuos tiene efectos perjudiciales para la salud pública (por la contaminación ambiental y por la posible transmisión de enfermedades infecciosas vehiculizadas por los roedores que los habitan) y degradación del medio ambiente en general, además de impactos paisajísticos. Asimismo, la degradación ambiental conlleva costos sociales y económicos tales como la devaluación de propiedades, pérdida de la calidad ambiental y sus efectos en el turismo.
Es increíble que a estas alturas se siga sin comprender la importancia que significa depositar la basura en su lugar; en el Estado existe un gran grave problema de cultura cívica y ética, no puede ser que apenas hayan reabierto este canal y solo en un fin de semana se haya captado basura por todos lados, sin ninguna consideración por el medio ambiente e incluso, hasta por el bienestar de la propia comunidad. Urgen medidas para consignar y concientizar a la sociedad sobre el NO tirar basura como si fuera un pasatiempo.