Por: DON MAQUI

La justicia en nuestro país normalmente es lenta, tortuosa, deficiente, corrupta y sólo existe para quien tiene ‘’palancas’’ o tiene con que ‘’$$’’, un poco más que eso, lastimosamente todo se agrava con la crisis médica que vivimos en la actualidad, pues nos relatan abogados, que desean el anonimato, que el Poder Judicial del Estado de Nuevo León está vuelto un desastre, de pies a cabeza.

Sus procesos virtuales son defectuosos, sus atenciones a los abogados usuarios de dicho sistema padecen la ineficiencia de la maldita burocracia judicial, los teléfonos suenan una y otra vez sin que del lado de la justicia se levanten para contestarle al ciudadano que, vía su representante legal, lucha por lo justo, por el buen derecho.

Las diligencias de carácter judicial están prácticamente frenadas, los actuarios, como si fueran Juez de la secuencia procesal, deciden cómo, cuándo y dónde realizan su función, mientras que los verdaderos jueces están en la comodidad de recargar su negligencia en la pandemia.

No ha podido modernizarse la atención porque los instrumentos jurídicos y técnicos los tienen, sin embargo, le falta mucha voluntad al sistema judicial para sacar el rezago de casi siete meses, los litigantes se quejan de periodos vacacionales de los funcionarios judiciales, aún y a pesar de que realizan trabajo desde casa, están preocupados porque las vacaciones de diciembre se aproximan y seguramente el Poder Judicial no perdonará eso, aun y con la impresionante carga de expedientes rezagados que tiene.

Nos relatan que ya desde hoy están reprogramando citas, diligencias, audiencias para el mes de enero, sí, lee usted bien, para el mes de enero de 2021.

Lo único que se preguntan los abogados es ¿En dónde quedó la máxima de José María Morelos y Pavón que decía: ‘’Que todo el que se queje con justicia, tenga un tribunal que lo escuche, lo ampare y lo proteja contra el fuerte y el arbitrario’’?.

En México la máxima de justicia pronta y expedita es letra muerta, así de sencillo.