Por: DON MAQUI

Los que están disfrutando, como pocos, el hambre de alianzas que tienen el PRI y el PAN, son los del PRD en Nuevo León, ese partido que es manejado por personajes que no aspiran más que a migajas cada tres años, están en este momento como la muchacha bonita del baile a la cual todos quieren sacar.

El tema es muy sencillo, con una alianza de ese tamaño y tan barata para cualquier partido, la ganancia es brutal, ejemplo en Guadalupe, si el PAN logra que el PRD lo acompañe en la elección, podrán evitar que Alfonso Robledo se quede en la orilla por el tema de la paridad, eso es lo que más vale en este momento del PRD, que la necesidad de poner al cuñado de Mauro Guerra es bastante, por ello, están peleando hombro con hombro al PRI para ser los que aparezcan en la boleta con los amarillos.

Por el lado del PRI, también existe una intención clara de aliarse, pero ellos por dos intereses distintos, en Guadalupe para perfilar al ex panista Amador Medina, para que luche contra su antiguo partido, y en Monterrey para evitar que ese municipio exija paridad, el destinatario de ese favor sería Paco Cienfuegos.

Así que hagan sus apuestas de en dónde terminarán siendo tapete los perredistas, en dónde cobrarán la cuota que les corresponde por la alianza, ya que en 2018 decidieron enfrentar solos la elección en Nuevo León y el resultado fue devastador.

El negocio de la compra de emblemas políticos ha comenzado, veremos quién oferta más, quién paga más y con quien termina el PRD aliado.

No batallarán mucho, ya que insistimos, son un partido de vividores que aspiran únicamente a migajas, ni siquiera el empresario Enrique Castillo tiene claro el objetivo final; parece que está sentado en un barril de pólvora.