Por: Don Maqui
Vaya escándalo que se dio en el Senado de la República el día de ayer, ya que se materializó una barbarie jurídica, esto en opinión de algunos senadores que estaban en contra de lo que se llama la Ley Saldívar, en atención a su promovente, nada más y nada menos que el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Saldívar.
La reforma fue aprobada con 83 votos a favor, 13 en contra y tres abstenciones, de estos últimos destacan Ricardo Ahued y Julio Menchaca, los partidos que participaron para empujar la misma son el PAN, el PRI y el PRD junto a Morena.
El panista Damián Cepeda no se guardó nada, ha acusado que hubo llamadas de ministros, cabilderos y Gobernadores, todos presionando para que pasara esta reforma, acusa además que, el propio presidente de la Corte tomó el teléfono literalmente para presionar a los diputados federales.
El escándalo es mayúsculo cuando se habla de canonjías, como el perdón para el Gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez, quien tiene relación con el caso Lozoya. No podemos perder de vista que ese escándalo le ha costado mucho a Acción Nacional.
Se dice que hoy, el llamado bloque de contención a las reformas caprichosas de Morena, ha quedado sepultado, pero además se acusa que seguramente se mostraron muchas órdenes de aprehensión en vías de ejecución para presionar algunos senadores de dar su voto a favor.
Para que se dé usted una idea del poder absoluto que tendrá el ministro Saldívar, uno de los artículos establece que en contra de la designación de magistrados jueces no procede recurso alguno, pero los resultados de los concursos de oposición podrán ser impugnados ante el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, de ese tamaño el poder omnímodo que tendrá Saldívar.
Otro de los opositores férreos a esa reforma fue Dante Delgado