En la #política de Nuevo León hay jugadores silenciosos, pero pesados, uno de ellos y quizá el más decisivo en tiempos de baja participación y alta operación, es el #magisterio, casi 60 mil voces con capacidad de influir en urnas, en aulas… y en acuerdos.

 

Por décadas fueron la fuerza viva del #PRI, esos tiempos dorados donde los maestros no solo enseñaban, sino también dirigían la marcha tricolor, después, coquetearon con el #PAN, y cuando creyeron que el poder era suyo, fundaron su propio partido: Nueva Alianza, iusión breve, realidad contundente: el gremio no nació para liderarse, sino para negociar con quien esté dispuesto a pagar el precio de su respaldo.

 

El sueño turquesa fue efímero, pero dejó lección, cuando el magisterio no se siente representado, regresa a la mesa de juego como comodín, como pieza clave, como actor central, hoy, navegan tranquilos entre las aguas de Movimiento Ciudadano y #Morena, partidos que no han escatimado en concesiones ni espacios, ambos han entendido que si quieres ganar sin complicarse, conviene tener de tu lado a quien controla los salones, pero también las estructuras.

 

El pasado domingo, cuando muchos no quisieron o no supieron operar, los maestros sí lo hicieron, silenciosamente, sin ruido mediático, pero con eficacia quirúrgica.

 

No cabe duda, están más activos que nunca y ya afinan el violín electoral para la sinfonía del 2027.

 

Nadie los subestime, el magisterio no grita, pero decide, no busca reflectores, pero controla bastidores y cuando llega la hora de mover el tablero, pocos lo hacen con tanta disciplina, estrategia y sentido de oportunidad.

 

Así que, señores aspirantes y partidos suspirantes, sino cuentan con los maestros, no cuenten con el triunfo, porque en Nuevo León, entre los que educan… también se esconden los que eligen.