La Zona Metropolitana de Nuevo León se encuentra inmersa en un complejo reto de movilidad, derivado en gran parte por los cierres de importantes arterias viales, como la Avenida Constitución en su tramo expreso, a causa de las obras de construcción del Metro, ante esta situación, las autoridades están implementando soluciones innovadoras para mitigar el impacto en el flujo vehicular.
Una de las estrategias principales, es la conversión oficial de la Zona Metropolitana en “tierra de contraflujos”, implica la habilitación de carriles reversibles en avenidas clave como Morones Prieto, Miguel de la Madrid, Gonzalitos, la carretera Nacional, y la reciente incorporación de Vasconcelos el día de hoy.
Estas medidas buscan ofrecer una solución inmediata al grave problema de tráfico que enfrentan diariamente miles de automovilistas regiomontanos, Monterrey, además, está analizando la implementación de este plan vehicular en otras avenidas estratégicas como Rogelio Cantú, el Túnel de la Loma Larga, Gonzalitos por las tardes, Leones hasta Puerta de Hierro y Churubusco.
Este esfuerzo por mejorar la movilidad de manera exhaustiva es crucial en un momento en que la ciudad enfrenta los desafíos que impone la infraestructura en construcción, sin embargo, el reto no termina aquí, ya que una vez que las líneas del Metro estén listas y operativas, el próximo gran desafío para las autoridades será convencer a miles de automovilistas de dejar sus vehículos y optar por el transporte público.
La efectividad de esta transición dependerá no solo de la infraestructura, sino también de la calidad, eficiencia y seguridad percibida del nuevo sistema de transporte.