Por: José L. Mendoza De Anda
Ha pasado un año desde las elecciones históricas del 2018, donde llegaría el cambio de régimen que hoy nos gobierna, para unos millones siguen estando en una luna de miel, para otros millones el enamoramiento magnifico con López Obrador no va más.
La realidad es que la expectativa era inmensa. Millones de mexicanos creían que la llegada de López Obrador y sus morenistas significaría el inicio de una nueva vida democrática, la realidad es otra, y aunque el presidente se encierre en sus “tengo otros datos”, la verdad es que millones ya no quieren saber más de su gobierno.
Unos dicen que aún es muy temprano para exigir resultados, que son siete meses apenas, que solo es cuestión de tiempo para demostrar que la Mafia del Poder era la que en verdad “jodía” a la nación y que el ser bueno y bondadoso que hoy gobierna es todo poderoso que desterrará la podredumbre que dejaron los del “PRIAN”… o bueno, eso dice Él y sus seguidores.
¿Pero qué trajo este cambio democrático?
Lo que hace años no se veía, pues no recuerdo un gobierno que haya dividido tanto a la opinión pública, pues aquí ahora solo existen Fifís y Chairos, cuando no debería de ser, deberíamos ser solo mexicanos, pero esta división no es de sorprendernos, así lo ha profesado el actual mesías en la silla presidencial, todos aquellos que no estén con él están contra él y eso, estimado lector, es lo que en verdad “jode” a este país de las maravillas.
Hoy somos millones los de mexicanos que nos sentimos decepcionados de un gobierno que pintaba regenerador pero que su dogma populista hoy tiene a México en el camino perfecto para su autodestrucción: sufrir lo mismo que las naciones latinoamericanas con regímenes de izquierda populares sufrieron.
¿Se acuerdan del “al diablo sus instituciones del 2006 de AMLO? Bueno, su sueño ahora es posible, destruir lo consolidado en la nación, quitar todo aquellos que no es de él por la simple razón de que lo viejo para él está corrupto, sin darse cuenta que lo único que realmente pasará es llevar a este país al precipicio.
Analistas decían que el discurso de López Obrador había cambiado, que el discurso del 2006 era diferente al del 2012 y que no sería ése AMLO quien llegaría en 2018, pero como en todo siempre hay un maldito pero, la realidad es que el discurso populista y de odio nunca cambio, ahí estaba, y como un lobo con piel de oveja le jugó al santito, así como diría el inalcanzable Jefe Diego, quien nos advirtió de esta navegación con bandera de “pe$#&o” que exponía y expone… así hoy sigue gobernando y aún le faltan 5 años más.
Y para todos los seguidores morenistas, hoy por hoy no deberíamos estar divididos, AQUÍ NO HAY CHAIROS NI FIFÍS, SOLO SOMOS MILLONES DE MEXICANOS que queremos un país justo y un gobierno coherente, eficaz, eficiente, tecnocrático y progresista. Un México unido.