En México, se ha observado un incremento en el número de mujeres que acuden a consultas médicas con el objetivo de concebir.
Este fenómeno se presenta en un contexto donde la tasa de fecundidad ha experimentado una disminución significativa en los últimos años.
Según datos del INEGI, la tasa de fecundidad pasó de 2.7 hijos por mujer en 2018 a 1.6 en 2023, situándose por debajo del nivel de reemplazo poblacional de 2.1 hijos por mujer .
Además, se ha registrado un aumento en los embarazos de mujeres de entre 35 y 45 años, lo que refleja una tendencia a postergar la maternidad.
Este cambio en los patrones reproductivos ha llevado a un mayor interés en tratamientos de fertilidad y consultas especializadas para lograr el embarazo.
La creciente demanda de servicios de fertilidad resalta la necesidad de políticas públicas que apoyen la salud reproductiva y faciliten el acceso a tratamientos médicos para aquellas mujeres que buscan concebir.