La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, regresó al pueblo amuzgo de Guerrero 55 años después de haberlo visitado por primera vez, ahora como la primera mujer en ocupar la jefatura del Ejecutivo federal, “venimos a honrar a quienes con su mano, con su corazón, con su sabiduría milenaria han tejido, no solo huipiles, memoria, magia y resistencia, las mujeres artesanas, el pueblo amuzgo”, expresó durante un encuentro con habitantes de la región.
Vestida con un huipil negro y tras participar en una ceremonia tradicional, Sheinbaum compartió recuerdos de su infancia, relatando que su madre, Annie Pardo, acostumbraba llevar a la familia en un Renault para convivir con la comunidad amuzga, incluso mostró una fotografía de su niñez portando esta prenda artesanal y destacó que desde pequeña aprendió a valorar el trabajo de las mujeres indígenas, “¡me emocionaba mucho regresar con ustedes, imagínense 55 años!”, dijo emocionada.
En su discurso, la mandataria subrayó que ser la primera mujer en la Presidencia de México la compromete a mirar por todo el pueblo, en especial por las mujeres, “llegamos todas”, afirmó ante el aplauso de mujeres y niñas presentes, asimismo, resaltó que cada huipil es un códice tejido con hilos de colores que encierran la sabiduría de las abuelas, la fortaleza de las madres y los sueños de las hijas.
Tras tres días de gira en Guerrero, Sheinbaum regresó a la Ciudad de México en un helicóptero de la Fuerza Aérea, durante su visita a Ometepec, la presidenta rechazó un supuesto obsequio del exgobernador Ángel Aguirre Rivero, a lo que respondió: “Uy, no mi amor, gracias. Mándele saludos, pero dígale que no recibo regalos de ellos”.