POR: DON MAQUI

En medio de las elecciones más atípicas de los últimos años con una serie de impugnaciones en proceso, gubernaturas que pueden cambiar de manos, que se pueden anular, por alcaldías en la misma sintonía e incluso diputaciones federales que se perdieron o ganaron por menos de 50 votos que pueden cambiar de color, y los siete magistrados que conforman la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, deciden que es momento de pelear por quién es el presidente de ese órgano y destituyen al que estaba, nombrando a otro igual de cuestionado que el primero a reserva del dinero.

Reyes Mondragón, un magistrado que defendió con uñas y dientes todos los proyectos panistas en los últimos años de su ejercicio en la Sala Regional de Monterrey, y repitió su comportamiento ya instalado en la Sala Superior del Trife, él encabezará ese Tribunal.

No tuvieron ni la ética, ni mucho menos la sensatez de esperar mejores tiempos para mandar un mensaje de unidad ficticia, no, les urgía tomar por asalto el poder bajo el pretexto que haya sido de que su compañía no cumplía a cabalidad.

Ya de por sí su actuación siempre estaba cuestionada, hoy independientemente de lo que resuelva se señala sobre ellos una losa de dudas sobre la legalidad o politiquería de sus resoluciones.