Por: Sandra Pámanes
Sin lugar a dudas el caso de la sanción hacia el Gobernador, Jaime Rodriguez Calderon, será un tema que marcará el sexenio de este gobierno venido a menos y, que por supuesto no será por haber recibido una sanción ejemplar a la serie de delitos que cometió. Si no por haberlos sorteado de manera increíble.
Hoy, de nueva cuenta la Suprema Corte de Justicia de la Nación, máximo órgano de impartición de justicia debate nuevamente sobre el tema y pondrá sobre la mesa una posible sanción. De antemano, no esperamos que llegue un castigo ejemplar ni mucho menos. Ojalá nos equivoquemos. Lo que si esperamos, es que con la resolución de hoy se dé fin a este proceso por demás desgastante para la ciudadanía y de un desaseo político ilimitado.
Este caso ha dejado en claro que, en dicho juego político de ganadores y perdedores, en apariencia quienes podrían salir “ganadores” de la resolución de la Suprema Corte, son por supuesto el PAN de Mauro Guerra Villarreal, Raul Gracia Guzman y Zeferino #Salgado, quienes en todo momento protegieron y han mantenido la tarea desde el Congreso de sabotear cualquier posible sanción por parte de los demás partidos políticos. Por supuesto, Jaime Rodríguez y Manuel González que, aunque la vieron cerca, podrían seguir tan tranquilos como siempre.
El gran perdedor, en apariencia, podría ser considerado Movimiento Ciudadano Nuevo León y Samuel García, después de una serie de acusaciones y denuncias en contra, de tener en sus manos la oportunidad de sancionarlo a través de la Comisión Anticorrupción en el #Congreso, todo quedará en absolutamente nada y, aunque deseaba levantar como trofeo dicha sanción y tenerlo de arma de campaña, tendrá que rehacer el discurso y buscar otros medios para convencer.
Sin embargo al final, el gran perdedor y no en apariencia, sino muy real, de todo este rejuego político donde lo que menos impera es la ley, el gran perdedor es el ciudadano de Nuevo León, que nuevamente observa con total decepción cómo la confianza depositada en sus gobernantes vuelve a quedar destruida junto con el prestigio y patrimonio del Estado.
Y, aunque en apariencia el PAN podría considerarse ganador en todo este proceso, la realidad es otra. Esta defensa a ultranza de la corrupción rampante en el gobierno de Jaime Rodríguez Calderón, lo vuelve cómplice de cada uno de sus actos. Y la ciudadanía debería verlos como uno solo. Van de la mano.
Y aunque parezca increíble, el PRI sale bien librado de todo este proceso, a final de cuentas si hay alguien que puede superarlos, romper los límites de la capacidad de asombro de la ciudadanía y pensar, caray, pensé que ya nadie más podría hacerlo peor! Pero sí.