POR: DON MAQUI
El Congreso de Nuevo León tiene una mayoría inédita de mujeres, 24 legisladoras frente a 18 hombres, pero en la política, los números no siempre reflejan la realidad del poder, en las bancadas de Movimiento Ciudadano, PRI y PAN, la paridad de género sigue siendo una asignatura pendiente, al menos en lo que respecta a la Coordinación de sus fracciones.
En los últimos nueve años, Morena ha tenido mujeres al frente de su bancada, en cambio, panistas, priístas y emecistas han mantenido un patriarcado inamovible, solo hombres han ocupado la coordinación, un récord histórico que más que motivo de orgullo, debería ser una vergüenza.
El momento de romper con esa tradición es ahora, si verdaderamente estamos en el llamado “Tiempo de las Mujeres”, como tantas veces se ha dicho en los discursos políticos, la prueba de fuego está en casa, ¿Por qué Sandra Pámanes no podría coordinar a los naranjas en el Congreso? ¿Por qué Lorena de la Garza o Ivonne Álvarez no habrían de tomar el timón del PRI? ¿Por qué Itzel Castillo o Myrna Grimaldo no pueden poner orden en Acción Nacional?
México ya tiene a su primera presidenta mujer, en todo el país, las mujeres han ganado espacios que antes les fueron negados, sin embargo, en el Congreso de Nuevo León parece que la historia va a otro ritmo, aquí, la paridad se usa para la foto, pero no para el poder real.
Las legisladoras que han defendido la igualdad deben empezar por exigirla en casa, si realmente creen en la equidad, este es el momento de demostrarlo, no hay excusas, no hay pretextos, si el “Tiempo de las Mujeres” es una realidad y no un simple eslogan, el Congreso de Nuevo León debe demostrarlo con hechos.