Por: Don Maqui

En la política mucho se habla de que los padrinos de los diferentes funcionarios que aspiran a ocupar un cargo de elección popular son fundamentales, se dice hasta el cansancio que nadie avanza si no existe una especie de manto protector que guíe tus pasos y además, te lleve a una mesa de negociación donde comúnmente los partidos reparten a diestra y siniestra los cotos de poder con los que cuenta.

Es entonces una labor titánica para quienes aspiran a un cargo el mantener buenas #relaciones con los liderazgos de su partido, para efecto de contar con su simpatía y en lo posterior el respaldo para emprender la aventura electoral de cada tres años.

Se vuelve fundamental el #padrinopolítico sea insustituible, ese atributo para caminar a pasos firmes y que los demás del círculo respeten el ascenso.

Sin embargo, a lo largo de los años también hemos corroborado que no todo es un voto de confianza y de apoyo para lograr el anhelado cargo.

No queridos #Maquilectores, existe otro atributo de los que lideran los partidos y que se le da por llamar la facultad de veto, es decir, esa especie de poder que se conceden unos con otros para vetar, a quienes no han cumplido con las reglas de comportarse y mantener sumisión absoluta con quienes dirigen los institutos políticos.

En historia de la política hay inumerables vetos que se dan por cambio de partido y se dan por cambio de grupo al interior de los propios institutos políticos, pero que normalmente terminan condicionando una #candidatura cuando menos lo esperas quién la pretende ostentar.

Será interesante analizar con detenimiento en Nuevo León que fenómeno se dará más en el 2021, si el voto de los #liderazgos o el veto que puedan aplicar.

Veremos y escribiremos al respecto en días próximos.

¿FRENARÁN O NO A VÍCTOR FUENTES?