Ojalá y el Hospital de Sabinas haya quedado bien cimentado e instalado adecuadamente.
Vaya que es extraño el gobernador, anda clausurando a lo loco empresas de todo tipo por no tomar las medidas contra coronavirus y organizan un “festejo” por concluir trabajos de obra hospitalaria.
Suponemos que los cubrebocas traían alguna endidura para poder “chuparle agusto al caguamon” y comer sin retirárselo.
Candil de la calle obscuridad de su casa El Buen Bronco, Jaime Rodriguez Calderon.