El Fondo de Gastos Catastróficos, el cual estaba destinado para la atención de cáncer y otras enfermedades costosas en las entidades del país, fue desmantelado por la actual administración de la “4T”.
Dicho Fondo pertenecía al extinto Seguro Popular y, conforme a estimaciones de especialistas, supuestamente tenía un aproximado de 70 mil millones de pesos al concluir el sexenio de Enrique Peña.
Esa presupuesto garantizaba recursos para servicios médicos de alta especialidad, alto costo y su principal propósito era que no se pusiera en riesgo la vida y el patrimonio familiar en 66 padecimientos, como, por ejemplo, el cáncer de mama, cáncer cérvico uterino, cáncer en niños y adolescentes, trasplante de médula ósea y trastornos quirúrgicos y congénitos, entre otros.
El investigador del Instituto Nacional de Salud Publica, Octavio Gómez Dantés, señaló que antes de concretar la de desaparición del Seguro Popular ya lo habían saqueado y ya se había puesto en riesgo la vida miles de niños y mujeres con cáncer y sin seguridad social.
“La alternativa es la muerte o que los gastos agudicen la pobreza”, sentenció.