POR: DON MAQUI

Su falta de palabra y de compromisos incumplidos con quienes lo llevaron al poder,  además, y lo más grave, la desilusión de la gente con su trabajo en Monterrey, metieron a Luis Donaldo Colosio en un tobogán obscuro y al parecer sin salida.

Del nuevo renacer de México en Monterrey, que fue un rotundo fracaso, a la duda e incertidumbre de no tener asegurada ni por asomo la reelección si se lanza por Monterrey de nueva cuenta, lo tienen rezagado en la vida pública de Nuevo León.

Su falta de pericia y su equipo lleno de arrogancia, pero sobre todo de inexpertos lo llevaron al estrepitoso fracaso de un gobierno fallido que sumió a las y los regios en el caos vial, en la inseguridad y en el abandono de espacios públicos.

La visión “chilanga“ que pretendió imprimirle a la capital regia con sus primeros nombramientos en las Secretarias de Ayuntamiento y Desarrollo Urbano, le hicieron tanto daño cómo fue posible, corrigió tarde y lento, pero el daño ya era irreversible.

Sus corredores verdes, su oficina del calor extremo, sus puentes inservibles, así como el desastre en Comercio son herencia de sus malos nombramientos en su primer año de gestión.

Lo peor de todo, es que, en Movimiento Ciudadano, ya no cedieron a sus chantajes y su única opción es ser segundo en la fórmula de Mariana Rodríguez, porque ella rebasa al fallido alcalde en las preferencias ciudadanas, para un político machista y misógino como Colosio, eso es un agravio inaceptable, por ello sus dudas de ir en pos del Senado, asegurando su vigencia política ya que sabe que reelegirse será una labor titánica.

¡Una verdadera pena!, lo que le pasó a Colosio que, con un apellido ilustre, hoy debe conformarse con ser la sombra y el segundo en reflectores en Nuevo León y México con los naranjas.

La agenda, se la ganó Samuel García como cada vez que se enfrenta al Gober, para muestra su fallido “golpe de Estado“ cuando pretendía arrebatarle la candidatura de gobernador a García Sepúlveda y desde México cerraron filas con el ahora mandatario y sosegaron a Colosio, dejándole la capital como un gran premio de consolación.

Hoy de nuevo está a la sombra de Samuel García, deseando con todas sus fuerzas que el naranja tropiece e incluso “operando“ con sus aliadas diputadas para hacerle sinuoso el camino a la presidencia.

No tuvo ni el valor de soportar acudir al registro de su compadre, prefirió inventarse una gira de trabajo por EU, donde, por cierto, habló mal de su ahora Jefe político.

En fin, la historia del príncipe azul de la política parece que terminará en el ocaso de alguien que buscó ser número uno y deberá conformarse con el número dos y si no se pone listo hasta desaparecerá de las esferas del poder, sino gana la reelección.

Lo dijimos una y mil veces aquí, la soberbia y arrogancia del joven Colosio podía costarle cara, y hoy paga un alto precio por su deslealtad y malagradecida manera de ser con quienes lo llevaron al poder.