Olivia de Havilland, la última estrella sobreviviente del Hollywood clásico, ha fallecido a los 104 años en su residencia de París, en la cual vivía desde hace a seis décadas, la interprete artística murió en la noche de este sábado mientras dormía.

Testigo de la gran transformación de la industria cinematográfica a largo del siglo pasado, fue una activa defensora por los derechos de los artistas frente a los abusos que cometían las productoras, a pesar de ello, decidió alejarse de las cámaras de Hollywood y decidió retirarse a París.

La artista nacida en Tokio, Japón, protagonizó decenas de películas en su carrera incluyendo Captain Blood, The Adventures of Robin Hood y Gone With the Wind (Lo que el viento se llevó).

A lo largo de su vida, ganó dos premios Óscar como Mejor Actriz, por su trabajo en To Each His Own (1945) y The Heiress (1949). Además de un Globo de Oro por su performance en Anastasia: The Mystery of Anna (1986).