POR: LUCY ORTIZ QUINTOS

Gran indignación sentimos padres de familia y estudiantes adolescentes por los recientes hechos ocurridos en escuelas de Nuevo León la semana pasada. Por un lado, en una preparatoria pública ocurrió una pelea a golpes entre varios estudiantes; al parecer, las peleas físicas se están viendo con mayor frecuencia en diferentes escuelas, tanto públicas como particulares. Por otro lado, existe el caso de una preparatoria particular en la que, de acuerdo con las denuncias de los estudiantes de la institución, se presume que ocurrió un abuso sexual grupal en contra de un compañero con discapacidad.

Estos hechos han rebasado la seguridad de los jóvenes, tanto en el sistema público como en el privado.

Los casos de abuso, violencia y el riesgo a su integridad física y psicológica están siendo cada vez más frecuentes, y esto sucede en todos los niveles educativos.

En preescolar, hemos conocido casos de abuso a menores. En primaria, secundaria y preparatoria vemos peleas, introducción de armas y, recientemente, el abuso sexual al joven con discapacidad dentro de la escuela en la que estudia, lo que evidencia aún más la falta de seguridad en las instituciones educativas.

Podemos concluir que la falta de educación en valores en las nuevas generaciones, la falta de comunicación, disciplina y, en muchas ocasiones, el poco tiempo para conversar y convivir entre padres e hijos están ocasionando este tipo de situaciones: abusos y hechos de violencia muy lamentables.

Valores como el respeto, la paz y la tolerancia son áreas de oportunidad en la educación de las nuevas generaciones, así como la enseñanza de límites y responsabilidades, esenciales para su formación.

Actualmente, muchos padres de familia se encuentran absortos en sus problemas del día a día y olvidan lo más importante: educar y cuidar el comportamiento de sus hijos.

Por otro lado, los menores conocen ampliamente sus derechos, pero no así sus obligaciones. En algunos casos, los padres viven con temor de que sus hijos se traumen, se frustren o se enojen por la imposición de límites y reglas, necesarias para su bienestar personal, una buena disciplina y el respeto hacia los demás.

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