Por: Don Maqui

Lo hemos dicho, una y mil veces, que lo inevitable sucedió en Nuevo León. Los contagios se dispararon a números alarmantes y entonces el gobernador debió de tomar el “toro por los cuernos” y hacer uso de sus facultades junto al famoso Consejo de Salud que pareciera más bien una especie de fantasma que nadie ve y nadie conoce.

Estas decisiones que ha tomado Jaime Rodriguez Calderon, le han generado más antipatía de la que ya tenía en los últimos años. Pareciera que cuando las cosas salen bien, todos los políticos se cuelgan la medalla de lograr mantener a la gente contenta con ciertas acciones, como aperturas de comercios y demás, pero cuando la bronca se viene encima, todo el mundo le saca la vuelta y prefiero no opinar.

Más allá de sí el #Bronco tiene o no la razón sobre la determinación del cierre de negocios, lo cierto es que tenía que tomar una decisión así de drástica para intentar frenar la tragedia que nos empezaba a cobrar caro la factura por el descuido de la gente en los días pasados.

Es de celebrarse que las decisiones, aunque tardías, se tomen para evitar seguir con la propagación del virus, lo que no es de aplaudirse es la cobardía de la mayoría de los #políticos que primero presionaron para la reapertura de negocios y cuando ven el muerto tendido, simple y sencillamente, se alejan tratando de responsabilizar al único personaje que tiene que dar la cara por las cosas malas del Estado, al #gobernador Jaime Rodríguez Calderón.

Seguro no es un tema fácil para el gober y, aun así, ha tenido el aplomo de decidir en función de lo que más conviene a toda la sociedad. Nadie celebra, menos los dueños de #negocios, inclusive la gente se encuentra molesta, pero como dicen, el tiempo seguramente le dará la razón y volverán los políticos a colgarse la medalla y hacer alarde de que somos responsables, etc.