Mientras la movilidad cotidiana sigue siendo un problema sin resolver para miles de usuarios, el reconocimiento institucional volvió a colocarse del lado del discurso y la presentación, no del impacto real que hoy se vive en rutas saturadas y traslados cada vez más largos.

El galardón se otorgó por la “presentación” del modelo, no por sus resultados en la calle, donde la movilidad en Nuevo León continúa siendo uno de los principales reclamos ciudadanos, con rutas saturadas, tiempos de traslado excesivos y una planeación que aún no se refleja en mejoras tangibles.

El funcionario compartió su experiencia sobre desarrollo urbano, en un contexto donde la brecha entre la teoría institucional y la realidad cotidiana de miles de usuarios parece ensancharse conforme avanzan los reconocimientos.

En la grilla política, el premio deja una lectura clara: mientras la crisis se vive en paradas y vagones, en los auditorios se reparten aplausos y medallas, confirmando que en Nuevo León no siempre se evalúa la movilidad por cómo se mueve la gente, sino por cómo se presenta el proyecto.